Los perros como aliados terapéuticos
Maestra María Beatriz Alvarez Mora
Neuropsicóloga-Terapeuta Familiar
Neurodigital Human Project
Los perros han acompañado y dejado su huella en la evolución del ser humano, desarrollando vínculos importantes en la vida del hombre.
Se ha observado que el contacto humano-perro puede influir física y psicológicamente en las personas (Beck y Katcher, 2003), por ejemplo, pueden generar una disminución de la presión arterial y niveles de colesterol, reducen el estrés, la depresión y la sensación de soledad; por otro lado, aumentan la motivación y desarrollan la socialización, entre otros beneficios (Fine, 2010).
Las dos guerras mundiales fueron los sucesos que marcaron un antes y un después en la terapia con animales, principalmente perros. La Cruz Roja organizó programas de rehabilitación de soldados y prisioneros con problemas de ansiedad, depresión y estrés postraumático: se demostró que la presencia de los perros mejoraba el ánimo de los pacientes y les daba una motivación, al tener que hacerse responsables de ellos. Por ese motivo empezaron a introducirse también en los programas de reinserción en las prisiones.
Actualmente bajo el nombre de Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) se engloba a todas aquellas actividades que se pueden realizar utilizando los animales como apoyo. Los perros actúan como catalizadores de las interacciones sociales creando un entorno más relajado.
Por ejemplo, los perros de asistencia o perros guía colaboran en aumentar la calidad de vida de las personas desde lo físico, cognitivo, emocional y social. Son un nexo de conexión y vinculación con el mundo exterior, un puente que hace a la vida diaria más agradable y segura, acompañando a quienes lo requieren.
Otras funciones de estos acompañantes terapéuticos son:
- Perro señal: para personas con discapacidad auditiva.
- Perro alerta médica: para, por ejemplo, personas con diabetes, entre otras patologías.
- Perro discapacidad física: para, por ejemplo, personas con discapacidad motora.
- Perro para acompañar niños con discapacidad intelectual.
Se ha demostrado que la salud mental y física de las personas ancianas o que viven solas mejora si se hacen cargo de una mascota.
Fuera del marco terapéutico tener un perro como mascota mejora la salud mental y emocional¡
Amemos y cuidemos a nuestros amigos perrunos.