La pareja

Una perspectiva desde el psicoanálisis freudiano -lacaniano

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Sara Reznik Klein

Durante las últimas décadas nuestra sociedad ha tenido muchos cambios en cuanto a la relación de pareja. Hemos sabido que lo que es importante para la mujer no lo es de igual manera para el hombre y esto tiene que ver sin duda de la manera en que nos constituimos psíquica y anatómicamente.

En los años 60 empiezan cambios culturales. La vida en familia sufrió un cambio, la idea misma de la pareja se volvió problemática. El romanticismo “y estaremos unidos para toda la vida” parece ser reemplazado por “el tiempo que dure”.

Actualmente el término “mi marido” o “mi esposa” ha sido cambiado por “mi pareja”, donde incluso omitimos el sexo

Un pasito más y nos acercamos al Mundo Feliz de A.Huxley quien nos dice que una relación amorosa de larga duración es percibida como imposible, como un signo de que algo anda mal.

En estos años la “libertad” paso a ser la consigna. La relación hombre- mujer debía ser nueva e iluminada por la ciencia.

Al principio se esperó mucho de la ciencia, pero más tarde se vio que el resultado no era lo esperado.

Los conflictos de las parejas se basan en muchas ocasiones por la incapacidad de manejar la diferencia, la cual se lleva acabo por la libido y no por la cuestión de género.

Las parejas en conflicto lo que tratan es de llenar el vacío, las personas lo que ven en el otro es lo que están proyectando por eso la angustia de ver lo que uno carece y de enfrentar eso que no se tiene.

La falta de libertad y de autonomía crean sentimientos de enojo y de baja estima pues es el Otro el que decide, opina y en este sentido ya sea el hombre o la mujer se someten al juicio de ese Otro que puede ser agresivo y que controla a su pareja a través del miedo.

El deseo no se sacia, el deseo tiene que ver con la falta, pues no se puede desear lo que uno tiene, cada vez que se cumple un deseo surge otro.

La relación del hombre y la mujer con la falta son diferentes, esto desde la diferencia de los sexos anatómicamente y desde la psique. De esta manera las parejas que pueden funcionar adecuadamente son aquellas en las que la mujer puede aceptar su feminidad y lograr sus ideales sin masculinizarse. En el caso del hombre es situarse como tal, sin feminizarse.

La pareja se sostiene a partir de Eros, el amor o desde Tánatos destruyéndose. Cuando la pareja interactúa desde su narcisismo, se destruye cualquier capacidad de comunicación.

El mal entendido en la pareja es la sexualidad, el sexo pertenece a lo real y lo que se expresa fenoménicamente son los caprichos, los intereses, que dificultan la armonía entre el hombre y la mujer, lo que en algunas ocasiones se expresa en una pareja en la que la mujer es frígida y el hombre impotente

En una separación cada uno tiene que re-encontrarse y volver a su realidad. El proceso analítico implica un querer saber acerca de la falta, el deseo, lo femenino.

En la pareja el separarse es entender que la neurosis de uno se une al del otro. Los miembros de la pareja se sostienen o bien desde el amor Eros o desde Tánatos que es destruyéndose.

Cuando a través del psicoanálisis la pareja logra una mejor comunicación entonces se empieza a comprender que el narcisismo de cada uno es el que interactúa en la relación En las parejas en las que el síntoma de uno y otro se entrecruza parecería que hay completud.

Zizek en el libro Extrañas Parejas p.189cfr dice que cuando el amor se pierde es una amenaza para la persona ya que el Otro le significa a la mujer que ella importa y esto se asemeja al reconocimiento que la mujer intenta tener por parte del padre.

Cuando en la relación hay una infidelidad, en ocasiones es el mejor momento de la relación, ya que el hombre busca en la mujer lo que hay de hombre y la mujer, lo que hay de mujer en el hombre.

Para Freud la elección de la pareja desde el narcisismo es por los siguientes motivos: por lo que soy, lo que fui o por lo que quisiera ser. Por apuntalamiento la elección se hace por el modelo de personas encargadas de nutrición y de cuidados en la infancia.

Las personalidades narcisistas no pueden tener un encuentro con el otro pues lo que desean es utilizar al otro para sus fines, creen ser poseedores de todo.

El narcisista al principio de la relación es seductor y parece muy enamorado, una vez que la relación es más intima él tratará de huir, él huye dejando que su pareja tome la decisión de dejarlo y de esa manera ya no sentir culpa.

El noviazgo con otra persona empieza de manera pronta para evitar la sensación de soledad, en muchas ocasiones se sitúan como víctimas.

En el caso de la mujer fálica esta suele elegir a hombres poco viriles, más bien femenizantes. La mujer toma un lugar activo queriendo mostrar que ella puede todo y no necesita al hombre que es autosuficiente por eso requiere de hombres pasivos que ella pueda dominar.